viernes, 3 de octubre de 2008

Roseanna. Maj Sjöwall y Per Wahlöö.


Estocolmo es una ciudad digna de ser paseada. Recorrer sus calles es un placer para los sentidos especialmente si se hace por la parte más antigua de la ciudad Gamla Stan, con sus callejuelas estrechas llenas de comercios y restaurantes de todo tipo que recuerdan, si en ese preciso momento no llueve (cosa rara), a una típica cuidad italiana a pesar de la distancia.
Pero lo que le da a Estocolmo llegar casi a la categoría de ciudad perfecta, es la presencia del agua por todas partes. Cambiar de barrio atravesando puentes o utilizando transbordadores otorga una singularidad a esta capital, ofreciendo vistas maravillosas de sus monumentos y edificios.
El paseo sin más, da a los visitantes como nosotros un montón de sensaciones agradables pero si se hace de la mano del inspector Martin Beck, el entrañable personaje de la pareja percusora de la novela negra sueca Maj Sjöwall y Per Wahlöö, es todavía más tentador y emocionante. Pero el trabajo sucio de descubrir que pasó con la joven Roseanna que aparece muerta en el lago Vattern mejor dejárselo al sagaz inspector Martin Beck.
Aquí un pequeño pasaje y paseo del libro Roseanna escrito allá en el año 65 del siglo pasado cuando yo todavía no había venido a este mundo.

"Martin Beck respiró profundamente cuando salió a la plaza desde la boca de metro de Slussen. Como siempre, el viaje en un vagón abarrotado le había mareado.
El aire estaba limpio y alto, y la brisa fresca del mar inundaba la ciudad. Cruzó la calle y compró un paquete de tabaco en el estanco bajo el elevador Katarinanhissen. Se detuvo en la cuesta hacia Skeppsbron, encendió el cigarro y apoyó los codos en la barandilla. Un crucero de bandera inglesa se encontraba anclado en el muelle de Stadsgardskajen
."


Aquí abajo unas vistas de la ciudad en un día de esos que puede llover en cualquier momento. Perspectivas como estas pero unos 40 años atrás debería tener a la vista el inspector Beck.